
"Cierto joven, llamado con el primer nombre de Luis que continuaba con el segundo nombre de Mario, había tenido que soportar demasiadas noches ya los sollozos de su anciano padre quien lloraba desconsolado por haber perdido a su primogénito e hijo favorito a manos de un vecino limítrofe que apretó su gatillo, en un momento nervioso, por allá cerca de un puerto llamado Luisa, en una isla llamada Lennox, por una guerra que nunca fue guerra, más bien, conflicto..."